lunes, 8 de julio de 2013

Los Pecados Capitales del Desarrollador - Ira



En entregas anteriores hablamos sobre la Soberbia y la Avaricia, que junto con los demás pecados capitales se manifiestan a partir de sentimientos de egoísmo. En esta ocasión dedicaré las siguientes líneas a hablar sobre la Ira. 


IRA














La Ira es el único pecado capital que no se desencadena de sentimientos de interés personal, y por tanto no se va construyendo; la Ira es más bien una explosión ante situaciones especiales, es uno de los sentimientos más peligrosos, pues se caracteriza por la pérdida de control. Revisaremos cómo se manifiesta este pecado durante la realización de los proyectos.
Para lograrlo, lo haremos desde dos perspectivas: cuando somos nosotros los que experimentamos  Ira y cuando la propiciamos en otras personas.  Las situaciones son muy simples de ubicar. Algunos ejemplos son: cuando una discusión con algún cliente entra en conflicto con nuestro conocimiento o con nuestra lógica, comienza a acumularse la oposición y antagonismo, que explotarán en Ira, si no logramos identificarlo y resolverlo a tiempo. Lo mismo sucede si actuamos testarudamente, ya que propiciaremos la oposición de ideas y conceptos en los demás. Es muy importante entonces conocer y practicar la virtud de la paciencia, que es la que nos ayudará a  contener la Ira. Si a su vez la combinamos con flexibilidad, seremos capaces de presentar ideas u opiniones atendiendo a la razón de los demás.

Para explicar más claramente cuál es el impacto directo de la Ira en un proyecto y cómo ésta nos puede desviar de los objetivos, revisaremos otros ejemplos. Imaginemos  para empezar un proyecto sencillo para un área de negocio muy común, como la facturación de una tienda. En este tipo de proyectos la mayoría de los términos, procesos y en general la lógica del negocio, son temas comunes para nosotros. Esto puede provocar que  dejemos de escuchar al cliente, pues creemos dominar el negocio que el proyecto atiende. Sin embargo, al momento de entregar el mismo, nos podríamos encontrar con una sorpresa al recibir un comentario como éste: “Pues sí, el sistema está muy bonito, pero es una basura porque no hace lo que yo te pedí”.

A partir de que escuchamos esta frase, lo que sigue es una tormenta de emociones que si no logramos dominar y hacer que predomine en nosotros la paciencia, desencadenará en Ira, la que seguramente nos dominará por completo, y por lo tanto dejaremos de controlar nuestras acciones. A continuación comenzará una discusión en la que pretenderemos defender a capa y espada nuestros algoritmos y trataremos de expresar cómo nuestra “inteligencia superior” resolvió todos y cada uno de sus “pobres requerimientos”. Como si esto no fuera poco, le haremos saber al cliente que mejoramos sus requerimientos y que por lo tanto estamos entregando un sistema súper poderoso que atiende todas sus necesidades y mucho más.  A todo esto, el cliente seguramente contestará: “Pues a mí no me sirve, este sistema no sirve”. Esta discusión seguramente provocará que el proyecto entre en un naufragio, navegará sin rumbo y sin objetivo hasta que la paciencia lo rescate, y para que esto suceda pudo haber pasado mucho tiempo, mucho sobrecosto y sobretodo mucho desgaste emocional. En este punto, la relación con el cliente será muy ríspida y en todo momento la Ira podría aparecer de nuevo y desviar nuevamente los objetivos. Todo lo anterior detonado a partir de una frase: “Pues sí, el sistema está muy bonito, pero es una basura porque no hace lo que yo te pedí”; y claro, a esto aunado el mal manejo de nuestras emociones. Si en cambio nos detenemos a analizar el comentario del cliente, podríamos fácilmente llegar a las siguientes conclusiones: no está proveyendo ningún  dato específico y se trata únicamente de una percepción mal comunicada dado la agresividad con que fue formulada. Teniendo esto en cuenta podríamos exponer una respuesta más simple y madura: “¿De verdad?, ¿qué  parte es la que no cubre tus necesidades?, ¿por qué no me lo platicas y lo corregimos?”. De esta forma, estaríamos propiciando un canal más abierto de comunicación y por tanto, facilitaríamos la solución del conflicto.

Otra forma de evitar situaciones como la descrita en el párrafo anterior, es a través de procesos. Consideremos que según el proceso establecido,  la persona que entrega el proyecto no es el desarrollador del mismo, sino un Tester o Analista. Éstos últimos no experimentarán un sentimiento de pertenencia respecto al código que están entregando, y por lo tanto, no lo defenderán tan activamente como lo haría un desarrollador. Ahora bien, otra ventaja que los procesos nos ofrecen para evitar situaciones que desencadenen Ira, es que normalmente el Tester o Analista que entrega el proyecto y recibe retroalimentación negativa del cliente, comunicará esta información al Equipo de Desarrollo a través del Administrador de Proyectos, quien gracias a su asertividad y madurez emocional podrá transmitirle a las personas adecuadas la información precisa, sin ofender.

Ahora bien, pareciera que una empresa de desarrollo madura que ha definido procesos adecuados a sus necesidades y que además los mantiene, no debería de tener situaciones en las que la Ira se sale de control.  La realidad es que a pesar de que los procesos son de mucha utilidad para evitar situaciones como las que ya fueron descritas, generan otro tipo de retos. Y es que seguir procesos implica ser paciente y constante para seguirlos a pesar del deseo de atender rápidamente un objetivo. Esto podría generar frustración y a la larga Ira, con un impacto menor para el cliente, pero que podría desviar poco a poco un proyecto de su proceso y por tanto de sus objetivos. La recomendación es que seamos pacientes siguiendo procesos, y que recordemos que fueron definidos para facilitar nuestro trabajo y para mejorar la calidad de nuestros entregables.

Para finalizar, vamos revisando los problemas que se generan cuando no dominamos nuestras emociones y experimentamos Ira:

  • Conflictos de oposición y antagonismos con el cliente, complicando la entrega y el rumbo del proyecto.
  • Desviaciones a procesos definidos para el proyecto, derivando en desviaciones a sus objetivos.
  • Conflictos de oposición y antagonismos entre los miembros del equipo que atienden el proyecto, propiciando un ambiente laboral tenso,  colocando en conflicto toda la ejecución de objetivos del proyecto.
  • Crear imágenes equivocadas de tu persona por perder el control de tus acciones al ser dominado por la Ira.


Por lo tanto, es importante que  tengamos cuidado con nuestras emociones y que aprendamos a dominarlas, haciendo uso adecuado de la paciencia y tratando de ser flexibles y muy asertivos al presentar nuestras ideas. Evitemos ser testarudos ante situaciones conflictivas y si logramos darnos cuenta de que estamos bajo los efectos de la ira, detengamos todas nuestras acciones, no hablemos más, no expresemos nada, no escribamos correos, tomémonos unos minutos para recuperar el control y lograr ver las cosas desde una perspectiva más madura. 
  
Armando Olmos
Director de Producción
Dawcons 




2 comentarios:

  1. Hola Armando; nuevamente Maritza saludandote, me encanto este tema de los pecados capitales. Espero no te molestes le omiti algunas fraces y lo voy a publicar en mi Blog de Maritza Castellanos.
    Un abrazo donde vives?

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    1. Gracias Maritza, la idea es que se mejore la ejecución de proyectos siéntete libre de ajustar lo que necesites, soy de Guadalajara Jalisco. DW Software (antes Dawcons) es una empresa de desarrollo a la medida en el Centro del Software de Guadalajara.

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